Últimamente me muevo mucho en los alrededores de algún que otro supermercado (no, no, tranquilos, no me dedico a ponerme pedo en la calle todavía ni pido en la puerta para sufragar mis viajes alcohólicos) y veo la mayor aberración que pueden ver mis ojos.
La gente aparca sus perros en la puerta atados a cualquier palo que sirva para tal menester. Yo cada vez que oigo a alguno llorar, se me encoge el alma. Si además increpas al dueño del perro te dice el típico: "Es un momentito", como los cabrones que dejan el coche en doble fila. ¿Un momentito? Es que no sabes, hijo de puta con todas las letras, que para él eres lo único que hay. ¿Te gustaría cuando le pides mimos que te dijera "Es un momentito, que me estoy lamiendo las pelotas"? ¿Es que no sabes que para ellos el tiempo es más que para ti? Tu momentito es media hora que te entretienes en hacer una media estadística de cuánto ha subido el pan bimbo.
Me gustaría que a esta gente le robaran el perro o simplemente se lo soltaran y el can se dedicara a violar señoras con carrito o sin él. O mejor todavía, simplemente que te dejen a ti atado porque no eres capaz de subir al perro a casa antes de ir a la compra después del paseo matutino.
Y es que me empiezo a preocupar cuando en una sociedad trata así a sus bestias. Si hacen eso con el que es el más querido de la casa, ¿qué harán con la tercera edad? Miedo me da pensarlo.
Además los perros son grandes borrachos como todos nosotros. ¿No habéis visto con qué afan se beben el alcohol y los pedos que se pillan? Los perros son como nosotros y además son el mejor amigo del borracho. He dicho.
Mientras escribo esto estoy escuchando: Jarabe de palo - Romeo y Julieta (no eran de este planeta)
1 copas me tomé anoche:
Alguien lo tenia que decir, alto y claro. Va a ser necesario fundar el ejercito de los 12 monos.
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