Termino todos los años mandando el año a tomar por culo

Cuando comienzo a escribir, son casi las 3 y media de la mañana. Sé que llevo seguramente un año sin publicar absolutamente nada. Es verdad que las fiestas ya no son las que eran; aunque también es posible que los blogs se hayan quedado obsoletos debido a las redes sociales que tanto nos gustan a todos.

El caso es que no podía dormir. Quedan 2 días para que se acabe el año y mi mente se ha puesto a repasar lo que he vivido este año y quería dejar escrito lo que he aprendido, lo cual se puede ir añadiendo a las demás cosas que ya sé y que considero un manual para la vida. Voy a utilizar la segunda persona, aunque en realidad me lo estoy diciendo a mi mismo. Seguro que eso es un recurso literario, pero, como sabéis, no tengo gran formación literaria.

Tu cuerpo es muy sabio y te habla. A veces te regaña, a veces te aconseja. Escúchalo, cuídalo. Menos mal que este año has tomado la determinación de alimentarte un poco más sano. Todavía te queda mucho por mejorar.

El mal no necesita razones. Hay gente que es mala por el mero hecho de serlo. Nunca pienses que una persona no te va a hacer daño porque no hay razón. En ocasiones tienen buenas intenciones, o eso creen, pero por lo general son personas amargadas que han sufrido daño, cuyo odio es más poderoso que ellas mismas. Dicen que el amor es la fuerza más grande que hay; yo tendría dudas de quien ganaría en una pelea entre el amor y el odio.

De nada sirve que te digan que te aprecian, que te quieren, que eres su mejor amigo, cuando a la hora de la verdad cada uno va a su propio interés. Esto no es un crítica, es la realidad y tienes que entender que no todo el mundo es como tú, que te preocupas porque los demás sean felices, por verlos, por preguntarles que tal están, que te ofreces a hacer favores sin esperar nada a cambio. Hay gente que está muy ocupada con su vida, con su trabajo, con sus proyectos, que están muy cansados, que no tiene tiempo para nada, a veces ni siquiera para contestarte un mensaje. Menos mal que por fin has tomado la determinación de considerar a esas personas non-gratas en tu vida y cortar relaciones, que al fin y al cabo, sólo hacen que te quemes.

Antes de realizar cualquier actividad en tu vida que se salga de lo habitual,  tienes que hacerte la siguiente pregunta: ¿Cuánto estás dispuesto a perder? En ocasiones tomas decisiones importantes sin tener en cuenta las consecuencias. Recuerda esto siempre.

Los cambios al principio son dolorosos; te hacen esforzarte, pero a la larga siempre son para mejor. No seas tan negativo ni tan quejica.

En el trabajo, en ocasiones, tienes que sacar los dientes. Discutir, incluso perdiendo las formas, defendiendo argumentos irrazonables. Todo ello, simplemente porque sí. Nadie quiere jugar con un loco. Te vas a ahorrar el tener que tomar muchas decisiones.

La empatía está muy bien, puede que incluso sea tu mejor virtud. El problema de la empatía es que tiendes a tomar problemas ajenos como tuyos llegando a quemarte con cosas que, al fin y al cabo, a ti no te importan.

Tienes que gastar menos y mejor. Siempre has sido bastante bueno en eso, pero debes mejorar y buscar la eficiencia día a día. Muchos de los gastos tontos que haces deberían haber sido inversiones o, al menos, gastos para ganar más. Otra cosa, la gente tiene mucha cara. Tienes que cortar eso cuanto antes, aunque te haga discutir. Peor es quedarse con la cara de tonto y comerse la cabeza con ello.

Tienes que viajar más, para vivir nuevas experiencias. Eso sí, elige con cuidado tus compañeros de viaje, igual que hacen los demás.

Por este año ha estado bien.

Mientras escribo esto, estoy escuchando: Apa y Can - Pónmela en el aire.