Territorio Comanche

Anoche debía de haber luna llena (Tengo que informarme más a menudo del ciclo lunar) porque es que si no, no se comprende. El hecho de que el Viernes no hubiera mucha gente por Madrid tendría que haberme hecho sospechar que el Sábado era uno de esos días de quedarse en casita viendo una peliculita o el Salsa Rosa, que ahora se llama Dolce Vita.

El plan no era malo. Fiesta de Medicina en Jácara (c/ Galileo 16) con sus correspondiente cañas previas. Las cañas bien, llegamos al sitio y la cola era como las de las entradas de un concierto de El Koala en el Boñar por ejemplo. Aunque algunos seguían emperrados en entrar aún conociendo de primera mano que habría lipotimias por doquier y que la calidad del garrafón que se sirve en tal sitio es de cero o cero coma algo; yo huí victoriosamente hacia Suchill's un bar pequeño y poco conocido en la Plaza del Valle del Conde de Suchil. No sé si se escribe exactamente así pero lleva todas esas palabras, eso seguro.

Aunque había menos gente, no creáis que la calidad era peor. Estaba uno que se subió a una especie de púlpito a bailar haciendo una performance entre gay y gogó con una bufanda y un gorro con claros síntomas de embriaguez. Una chica en el baño cantó todas las saetas habidas y por haber y sus amigas, que no estaban mejor que ella, la sacaron en lo que yo llamo el paseo del rey o reina borracho o borracha. Seguro que lo habéis visto... Una que no puede andar va sujeta por los dos brazos de dos amigas que la pasean mientras ella intenta mantener la verticalidad.

Un poco acongojados decidimos salir de allí antes de que aquello derivara en peores sucesos y pasamos otra vez por Jácara y la cola era igual o peor, al Quick nos recomendó el de la puerta que no entráramos y entonces iniciamos nuestro camino desesperado hacia el Chester donde al llegar vimos que había más gente que en la Expo 92 de Sevilla.

En ese instante nos dimos cuenta de que estábamos en medio de una especie de actuación estelar general. La calle Alberto Aguilera, aparte de un gran baño, estaba llena de borrachos incontrolados; lo cual me hizo sentirme como un casco azul en medio de Sarajevo. Había restos de botellones. Uno decidió que le caía mal un cajero y se lanzó contra él en patada voladora obteniendo un fracaso en su intento de... ¿Qué coño quería hacer? Unos desde una casa lanzaban vasos hacia la calle y los de abajo los increpaban. El borracho del cajero decidió que era mejor ir andando por en medio de la calzada que es menos peligroso. Había más gente en esa calle que una mañana de un día normal.

La noche siguió sin nada que reseñar pero toda esta noche me hace pensar lo siguiente: ¿Por qué a todos nos gusta lo mismo? Es decir, vamos a los mismos bares a escuchar la misma música y a beber el mismo garrafón. Empezamos a ser demasiados en Madrid o empezamos a ser demasiados borrachos en Madrid.

Me despido con la frase divertida del fin de semana que esta vez tuve el placer de pronunciar: "¡Españoles! Este baño huele a Ikea".

Mientras escribo esto estoy escuchando: Christina Aguilera - Ain't no other man

El Puente del Pilar

Aunque me hubiera gustado realizar otros grandes hitos en este puente como por ejemplo el de países vistados, el de kilómetros recorridos o el de horas en un atasco (Bueno éste último mejor no); creo que en este puente he batido todos los records en cuanto a alcoholismo se refiere. Y es que ya lo digo yo, que las semanas de puente son todavía más alcohólicas que cualquier semana normal. Y para certificarlo, en el siguiente párrafo sólo nombraré los bares en los que he estado este fin de semana.

Garamond, Hoyo 19, Forty-Six, 69 pétalos, Casa de Taladrín de la Mancha (que no es un bar pero también te pones pedo), Amor brujo, Bluefields, La Pocha, Vaivén, Cómo narices se llame ahora lo que antes se llamaba Tantra antes conocido como Gatsby. No está mal, ¿verdad? En cuanto al número de copas intentaré dar un número aproximado: 26 rones con cocacola. 2 cervezas. 2 botellas de Lambrusco. Innumerables licores de canela, orujo y manzana.

Toda esta numerología y ante la gran cantidad de suelto que queda en mi bolsillo me permite formular el sigueinte Teorema, al que llamaré el Teorema Fundamental del Pedo: "El pedo de la noche anterior es directamente proporcional al número de monedas que te encuentras en los bolsillos del pantalón de la noche anterior." Como todo buen teorema, también tiene su corolario que es el siguiente: "La resaca de hoy es directamente proporcional al número de monedas que te encuentras en los bolsillos del pantalón de la noche anterior."

La demostración, así como su explicación es la siguiente: Al principio de la noche pagas con un billete grande. La vuelta la guardas en la billetera y el suelto en el bolsillo. Luego vas pagando con los billetes más pequeños copas que te van poniendo más pedo. Pero nunca se te ocurre usar el suelto del bolsillo. Llega un momento que tienes mucho suelto y ningun billete pequeño... ¿Qué haces? Usar el suelto no, usas otro billete grande y así hasta que bien pierdes el conocimiento, cierran el bar o empieza a amanecer. Todo ello deriva aparte de un bastante más que probable pedo, en un peso en el bolsillo que no es otra cosa que el fruto de este teorema.

Todo esto, aparte de increíble e inúltil por igual, siempre y cuando no seas ElHombreQueSePreocupaPorPagarLasCopasConTarjeta, en cuyo caso los recibos de la tarjeta te sirven para saber al día siguiente el número de copas que te has tomado a ciencia cierta y no tienes que hacer una estimación como he hecho yo en el párrafo anterior a la formulación del Teorema.

Me despido, como siempre, con la frase de la noche: "¡Calla! Que no tiés ni puta idea de sobrevivir"

Mientras escribo esto estoy escuchando: Miguel Ríos - Santa Lucía

Desde Huesca a Zaragozaaa

Por si no lo sabiáis ya, se acerca la festividad de Nuestra Señora del Pilar y, aunque a algunos les gusta llamarlo el día de la Hispanidad, yo tengo que celebrar dicho día y que mejor manera que irme a Zaragoza, que es donde tiene lugar lo siguiente.

Llego a Zaragoza el Sábado y lo primero que hago... Adivinadlo... Comer y pillarme un pedo en la Lobera de Martín que es un restaurante muy bonito donde al final te dejan la botella de crema de orujo y la botella del licor de orujo. Aunque ya sabéis que me sube la tensión, me entiendo bien con esta última botella entre varias conversaciones raras acerca del pasado. Me da el bajonazo cuando me tomo el primero de crema de orujo. Moraleja: Crema de Orujo. Nunca mais. Licor de Orujo: Bebe con responsabilidad.

A duras penas y tras un paso triunfal por un Alcampo cualquiera, consigo llegar a casa y dormirme como duermen los bebés. Me despierto y me acicalo. Vamos al centro que casi no hay nadie (es sarcástico) y terminamos en un bar donde ponen vino del bueno y tapas sustanciales en lo que llaman el tubo. El tubo es porque es una calle estrecha. Consigo que un niño se coma una croqueta; ya puedo ser padre.

En esto que me despido del niño y sus padres y me llevan a una terraza donde me explican que La Casera es una marca y que de gaseosa allí se toma Conga. Ante tan divertido nombre y aunque no ponga pedo, no puedo hacer otra cosa que pedirme una. Como comentario de calidad diré que: "¡Pedazo de invento La Casera! ¡Abajo la Conga aunque sea de Jalisco!".

Imitando anteriores viajes consigo que me lleven a la Taberna Urbana para ver si esta vez consigo ganar la marathon de cubatas. Marathon de cubatas: Dícese de aquella competición que consiste en poner en fila en una mesa ancha los vasos de cubata terminados. Gana el primero que llegue al otro lado. Como única regla en dicha competición está la imposibilidad de que el camarero te quite los cubatas terminados. La competición acaba en triple empate.

Ante mi frase: "Por fa, llevadme a bares raros, divertidos, que me debo a mis lectores" el guía me lleva al Café Hispano. Aunque es bastante raro no es nada que no haya visto ya. Viejunos alcohólicos rurales con las billeteras repletas de Bin Laden. Bin Laden: Billete de 500 euros. Se llaman así porque aunque se sabe que existen, nadie los ha visto. También había mujeres de todo calado social. El alcoholismo en ese bar era poderoso. Eso tengo que reconocerlo.

Bueno y el Domingo comida en el Trastévere, un italiano muy rico todo, y vuelta a Madrid.

Mientras escribo esto estoy escuchando: Los acusicas - Tuneao (BSO de La semana que viene sin falta)