Subtítulo 1: The London Chronicles.
Subtítulo 2: Una serie de catastróficas desdichas.
Está claro que cada día creo más en el destino. Cuando una cosa no debe hacerse parece que el destino, la suerte, cualquier divinidad o ponga aquí su creencia favorita nos manda señales de aviso o algo por el estilo. Londres y yo somos claramente incompatibles; parece que todas las aventuras cuyo destino es Londres en mi vida acaban mal. Incluso en una vida pasada, tuve que anular un viaje pagado.
Todo parecía empezar bien cuando en el momento de embarcar me dicen que no voy con el resto de los mortales si no que voy en clase business porque sí, porque molo. Eso, cabrones se dice antes que así me podía ido a la Sala VIP del aeropuerto y enchuzarme como los campeones.
Imagen: Julkito con sus pantalones cortos y su camiseta roída con pinta de turista, en un avión rodeado de personas con trajes hablando en perfecto inglés mientras recordaba cuando fué la última vez que voló con cierto acojone en el cuerpo. En ese momento habla el capitán: "Chatos que despegamos" Se empieza a mover, para y vuelve a decir: "Apaguen los teléfonos móviles que no me funcionan los aparatos" Todo el mundo empieza a comentar: "Si ya los tenemos apagados" y va el capitán y dice: "Pues nos vamos al hangar para que comprueben los sistemas". Estupendo, vienen a ver el avión; nada que nos devuelven a la zona de embarque. A todo esto, el avión lleno de chavales que van a estudiar inglés. Se viven momentos angustiosos de los chavales en el avión. Lloros, caras de susto y algún que otro comentario fuera de lugar como por ejemplo: "A ver si va a haber una bomba"
Una hora después nos vuelven a meter en el avión y ya por fin volamos con un retraso total de 3 horas o así. A todo esto llego a Londres, me doy cuenta de que está lloviendo y yo en pantalones cortos y camiseta. Cojo el metro y amigos; cuando una cosa se jode se tiene que joder por completo. El tren se para cosa de 5 minutos en cada una de las 17 estaciones que hay desde Heathrow hasta el centro.
Por fin llego a casa de mi amigo y nada más tirar la maleta salimos a conocer los pubs que hay cerca de casa. Me enchuzo como los campeones entre otras cosas para olvidar el mal viaje y escribo lo que parece ser la mejor entrada de mi blog.
Al día siguiente me voy de compras porque yo a lo que iba era a beber y a comprar. Las piedras están ahí para siempre. Ya las veré más adelante en una futura vida sanchiguarra. Y me doy cuenta que mis años y años de estudio de inglés así como los diversos títulos no me han valido para nada. Los ingleses no me entienden y yo a ellos sólo si me hablan despacio y lo que es peor... Me doy cuenta de que Londres es muy caro, incluso el puto metro es un pastón del copón.
Siguiente día: El día de los atentados.
Siguiente día: "Security Alerts" en todas las estaciones y las líneas de metro más importantes cortadas. Se viven momentos tensos en mi cuando anuncian en el tren en el que voy que no va hasta donde tenía que ir a recoger a Al Bar y tu? porque había amenaza de bomba.
Hasta entonces lo único que he hecho ha sido ir en transporte público, ver la tele inglesa y beber en los pubs.
El Sábado por fin cambia mi existencia y con la llegada de Al Bar y la desocupación de Jójar ya por fin hacemos cosas divertidas. Vemos más de un monumento típico, conocemos el famoso pub All-Bar-One (se admiten risas por el cierto parecido con el nombre de uno de los protagonistas de la aventura) que por cierto es visita obligada amiguitos lectores y por lo noche vamos al Ministerio del Sonido a un concierto de Deep Dish.
El Ministry of Sound es una puta mierda. Hay pubs más grandes que eso. Hubo un momento que creí que fenecía cuando me quedé solo en una esquina en lo que llaman 'The Box' que es donde se supone que era el concierto. Imaginad amiguitos que nos fuímos sin ver a los del concierto. ¡Qué desilusión más grande! Parece ser que el Ministerio de la Chusta sólo tiene nombre y que sólo está lleno de extranjeros engañados como nosotros. No vayáis allí no merece la pena.
Menos mal que antes fuímos a un pub que se llama Witherspoon's, visita olbigada también cuando vayáis por allí al igual que Yates's. Hay muchos en toda Inglaterra de todos los nombres de los pubs que os he dicho así que podéis visitarlos fácilmente.
Y el Domingo, recibo una llamada y me tengo que volver corriendo el Lunes de madrugada por motivos familiares de salud que finalmente parece que han salido bien; no sin antes, rompérseme la maleta.
Así que amigos... La desdicha, Londres y yo... Todo uno.
PD: Queridos lectores, vayan descansando los ojos con el pedazo de entrada de Maykel Knyft sobre el sónar.
Mientras escribo estoy escuchando: The Chemical Brothers - Galvanize.
5 copas me tomé anoche:
Jaaaaaa paaaayo!
Bueno, al final no te saliste con la tuya y no te fuiste sin ver al menos el Big Ben. Que sepas que todavía te espera una noche de sarao auténtico en Londres (no mas Ministry of Crap).
Arrikitran!
que bar mas raro... que avion mas raro... que pais mas raro...
a ver si va a ser q el origen de todas estas rarezas esta en tu presencia!?!?
Yo sólo sé que en Londron he andado como un condenado... La próxima vez hay que subirse al London Eye con un copazo en la mano. Esperemos que no sea dentro de mucho... Y que no salgan tan mal las cosas.
P.D.: el lunes por la tarde, después de irte tú, me quemé la cara, del sol que hizo. ¿No te habrán echado mal de ojo, o algo?
Apigo Iced: Lee lo que pone arriba:
"Aquí encontrarás las cosas tan raras que me pasan y por qué me doy a la bebida."
Apigo Al Bar: Empiezo a sospechar que sí.
Amen.
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