Las fiestas Erasmus

¿Qué pasa cuando mezclas España y sus españoles con una serie de personajes de distintos lugares del mundo? Nada bueno, sobre todo para los vecinos.

Existe una categoría dentro de las fiestas, las fiestas Erasmus. Los Erasmus, excepto raras ocasiones, viven de alquiler. Son 3 o 4 y antes de llegar al pais en cuestión, diana de sus peripecias mundiales, no se conocen entre ellos. Pasa el tiempo y se hacen amigos y un día deciden hacer una fiesta. Estudian carreras distintas y con la coña de: "Vamos a hacernos amigos del X" (Sustituya X por cualquier nacionalidad) pueden llegar a juntar a 100 personas en un salón. El poder de convocatoria es infinito.

Sigo, ayer estuve en una fiesta Erasmus. El alcohol duró lo que dura un caramelo a la puerta de un colegio. Había multitud de gente entre la que destacan las extranjeras cachondas. La gente desfasa hasta límites insospechables. Recordemos al extremeño jaleado cual gladiador subido a hombros del hombrequedabafenosabedequéperodabafe y del hombre altavoz mientras perseguían a una indefensa fémina española por toda la casa. Era como un documental de Félix Rodríguez de la Fuente pero en versión chimpancé; daba igual que la fémina se metiera en un baño de 8 m2; ellos la seguían.

El hombre altavoz se dió una ducha porque según él iba muy pedo. No hacía falta que lo dijeras, ya lo veíamos todos. El caso es que cuando estamos en casa de los demás nos crecemos, se nos ocurren las cosas más divertidas qué hacer; aunque a veces sólo nos hagan gracia a nosotros mismos. Digno de mención es la barricada que formamos en el portal, donde casi se mata el jausero borracho y nuestro momento blackout donde bajamos los plomos y la gente empezaba a gritar como loca; seguro que hubo alguna violación.

En todas estas fiestas salvajes al más puro estilo cowboy llega un momento de concienciación. La gente me pregunta: ¿Nos hundiremos cual titanic? Yo tranquilizo y explico que los forjados aguantan unos 100 kg por m2 y que además conozco personas que viven 30 en un salón en colchones y que no pasa nada. Entonces llega el momento subidón y la gente empieza a saltar mientras entona una canción de borrachos.

Y es que las fiestas Erasmus son divertidas, pero para mi gusto siempre hay demasiada gente.

Frases de la noche: - "Dinamarca Julki, Julki Dinamarca" - "Aquí hay más gente que en el décimo aniversario de radical"

Mientras escribo esto estoy escuchando: Intérprete por conocer - "Tetas y culos, culos y tetas" en mi mente.

0 copas me tomé anoche: