Mi silencio ha durado más de un año. De hecho, no he escrito nada en 2011, seguramente debido a que estaba un poco ocupado aprendiendo del mundo de la pastilla. He aprendido mucho. Os hago un resumen.
Todo lo que termina en "tatina" es para el colesterol, todo lo que terminar en "ol" puede ser para el estómago o para el dolor, lo que termina en "am" es para dejar de ver dragones en el pasillo. Con este conocimiento y con saber cortar precintos sin rebanarte un dedo, ya tienes nivel experto en Farmacia. Enhorabuena.
Lo que venía a contar, que es mucho más importante es que he descubierto el método de controlar las mentes dentro de un grupo de borrachos, que salen cualquier noche a saciar esa angustia vital que supone la sed. Amigo lector, si quieres controlar el lugar al que ir una noche, sólo tienes que decir: "Vamos a ese sitio, ponen unos Gin Tónics buenísimos".
Y es que últimamente la moda es tomar Gin Tónic, compuestos de una ginebra con nombre extraño tal como Mister Crickerman on the Flooor con tónica NeverMorning in to the Jaaarl, en copa de balón gigante previamente agitada con el hielo para enfriar la copa. La tónica hay que echarla desde una cuchara espiral, para que no se agiten las burbujas. Después hay que añadir cualquier imbecilidad que se te ocurra como gumibayas, kikos negros o una manzana entera. Y es que "el método de preparar la copa hace variar mucho el sabor".
¡Tonterías! Cualquier borracho profesional sabe que la ginebra sabe a colonia y que la tónica es lo que te tomas cuando quieres sufrir el mismo efecto que tiene un perro cuando come hierba: Purgarse.
Podría estar horas describiendo a estos nuevos "tontos del gin tónic", pero cuando uno encuentra un artículo mejor que el suyo, sólo puede recomendar la lectura aquí.
Además de todo esto, ahora proliferan bares, raros por supuesto, en los que se está abriendo una barra sólo para servir este combinado. No se te ocurra, amigo borracho de la vieja escuela, ir allí a pedir un ron o un whisky. Aparte de seguir con sed, sufrirás el mayor de los desprecios por parte de los tontos asiduos a esa barra y, por supuesto, del camarero cuya arma es una cuchara en espiral, sacada de una promoción de pastas de Giovanni Rana, por cierto.
Así que, ahora que conocéis a este nuevo especimen nocturno, ya sabéis la manera de hacer con él lo que os plazca.
Mientras escribo esto, estoy escuchando: Fuego - Una vaína loca (Mi polla en tu boca)