Mientras escribo esto, estoy escuchando: Desorden público - Música de fiesta.
Mientras escribo esto, estoy escuchando: Desorden público - Música de fiesta.
Termino todos los años mandando el año a tomar por culo
Narrado por Julkito a las 04:52 Temas: PensamientosSigue habiendo dentro de este bar mujeres maceta, que son chicas que van al bar supongo que contratadas o con las consumiciones gratis al menos a "hacer bonito". Esta práctica ocurre en el otro Garamond y en otros locales nocturnos de Madrid y no me parece mal ya que se respeta mucho a las chicas y si ellas están de acuerdo y prefieren lucir cuerpo a lucir personalidad, no seré yo el que critique esto, que al fin y al cabo cumplen perfectamente su función.
Se busca sitio donde no pongan unos Gin Tónics buenísimos
Narrado por Julkito a las 22:44 Temas: PensamientosMi silencio ha durado más de un año. De hecho, no he escrito nada en 2011, seguramente debido a que estaba un poco ocupado aprendiendo del mundo de la pastilla. He aprendido mucho. Os hago un resumen.
Todo lo que termina en "tatina" es para el colesterol, todo lo que terminar en "ol" puede ser para el estómago o para el dolor, lo que termina en "am" es para dejar de ver dragones en el pasillo. Con este conocimiento y con saber cortar precintos sin rebanarte un dedo, ya tienes nivel experto en Farmacia. Enhorabuena.
Lo que venía a contar, que es mucho más importante es que he descubierto el método de controlar las mentes dentro de un grupo de borrachos, que salen cualquier noche a saciar esa angustia vital que supone la sed. Amigo lector, si quieres controlar el lugar al que ir una noche, sólo tienes que decir: "Vamos a ese sitio, ponen unos Gin Tónics buenísimos".
Y es que últimamente la moda es tomar Gin Tónic, compuestos de una ginebra con nombre extraño tal como Mister Crickerman on the Flooor con tónica NeverMorning in to the Jaaarl, en copa de balón gigante previamente agitada con el hielo para enfriar la copa. La tónica hay que echarla desde una cuchara espiral, para que no se agiten las burbujas. Después hay que añadir cualquier imbecilidad que se te ocurra como gumibayas, kikos negros o una manzana entera. Y es que "el método de preparar la copa hace variar mucho el sabor".
¡Tonterías! Cualquier borracho profesional sabe que la ginebra sabe a colonia y que la tónica es lo que te tomas cuando quieres sufrir el mismo efecto que tiene un perro cuando come hierba: Purgarse.
Podría estar horas describiendo a estos nuevos "tontos del gin tónic", pero cuando uno encuentra un artículo mejor que el suyo, sólo puede recomendar la lectura aquí.
Además de todo esto, ahora proliferan bares, raros por supuesto, en los que se está abriendo una barra sólo para servir este combinado. No se te ocurra, amigo borracho de la vieja escuela, ir allí a pedir un ron o un whisky. Aparte de seguir con sed, sufrirás el mayor de los desprecios por parte de los tontos asiduos a esa barra y, por supuesto, del camarero cuya arma es una cuchara en espiral, sacada de una promoción de pastas de Giovanni Rana, por cierto.
Así que, ahora que conocéis a este nuevo especimen nocturno, ya sabéis la manera de hacer con él lo que os plazca.
Mientras escribo esto, estoy escuchando: Fuego - Una vaína loca (Mi polla en tu boca)
Cuando La Parada de los Monstruos se vuelve bakala
Narrado por Julkito a las 04:42 Temas: Bares rarosPrimero porque la temática del bar corresponde a la película "El Resplandor" de Stanley Kubrick. Puede leerse en inglés la frase "All work and no play makes Jack a dull boy" repetida en una de sus paredes. En otra se ve el reflejo de redrum en un espejo, quiere decir murder, asesinato en inglés. Acojonado me quedé cuando me di cuenta de esto. Fué una revelación tal como aquella en la que me di cuenta de que Popeye quería decir Ojo saltón o cuando Goldfillo se dió cuenta de que Dartacán era porque eran perros.
En cuanto a la fauna, gente moderna, algún guiri y mucho borracho español a la antigua usanza. Había uno disfrazado de gafapasta venido del pasado con un traje de 6 rayas diplomáticas. Será el último alarido en la casa encendida, oiga.
Como anécdotas curiosas decir que me encontré con DJ Pajares, el cual tiene el honor de haberme contado el chiste que mayor bajona me ha producido en mi vida y que se me cayó un borracho encima el cual casi me tira la copa, en vaso ancho como debe ser, pero que no me la tiró porque estoy curtido en más de mil pedos.
En la noche también visitamos El Penta, lugar mítico de Madrid, pero eso es otra historia.
Ningún borracho ha sufrido daño en la realización de esta entrada en ¡Qué bar más raro!
Mientras escribo esto estoy escuchando: Agustín Lara y Lola Flores - Madrid
Mientras escribo esto, estoy escuchando: Daniel Digés - Algo pequeñito
Entremos en materia y hablemos del mineralismo. Aparte de una paja a mi ego (cuántas veces habré acuñado este término ya), siempre he considerado esto como mi proyecto de escritura de libro para cumplir eso que dicen los abuelos de que en la vida hay que tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro.
Lo que hoy vengo a desarrollar es que desde que empecé a escribir la vida me ha cambiado tanto que en ocasiones me avergüenzo de lo loco que he estado. En ocasiones me imagino a alguien con el que tengo tratos más o menos personales que leyera esto y dijera: "Chico, ¡qué mal estás!".
Sin embargo, otras veces releo mis tonterías y me dan ganas de aplaudirme a mi mismo. ¡Qué maravilla, qué bien escribo! En esas ocasiones me digo a mi mismo que tal vez debería haber elegido la profesión de periodista porque, además de que dicen que para el signo de Géminis es el mejor, creo que escribo bien y eso que no he recibido formación alguna y de libros he leído más bien pocos.
En otras ocasiones al volver la vista atrás y retomar lo escrito, creo que nadie entiende lo que quiero transmitir. Siempre he dicho que esto es más divertido si has sido protagonista de las narraciones.
Por último y más frecuentemente al releer opino que lo que escribo es un tostón y por ello creo que es el momento de dejar de dar el coñazo ahora mismo. Prometo, no juro que jurar es más, que escribiré cualquier cosa que me pase divertida y que tenga que ver con un bar o con algo que se puede considerar bar.
Mientras escribo esto, estoy escuchando: 50 cent y Justin Timberlake - Ayo technology
Érase una vez un mundo en el que todos querían poseer algo: Había gente que quería poseer casas, otros querían coches y los que más querían follar. Y no es que lo qusieran tener por necesidad; los querían tener porque su vecino, cuñado o compañero de trabajo tenía más.
Y así se formó la sociedad y se estableció como moneda, en vez de un papel, el cubata. Si querías algo tenías que conseguir cubatas. Los cubatas se podía conseguir de muchas maneras pero las principales eran trabajando o intercambiando bienes y servicios. Daba igual la procedencia del cubata, lo importante era conseguirlo.
Los problemas de los cubatas eran que eran un bien limitado y que ponían pedo. Al principo ponerse pedo no era un problema, ya que te hacían sentir bien, incluso admirado por los demás compañeros. Al ser un bien limitado, en ese momento aparecieron los bares que no eran más que depositarios de los cubatas que otros no querían y que daban a otros que los necesitaban.
Con el tiempo el poder de los bares se tornó en demasiado, ya que incluso daban más cubatas de los que tenían almacenado de otros abstemios. En ese momento nació el Estado que con su Bar Central coordinaba el reparto entre los bares de las existencias no dejando a ningún borracho sin su cubata de rigor. Pero para financiar esto y otras cosas sin importancia como el empleo, la salud y la seguridad crearon el impuesto sobre el alcohol. Como la gente no quería darle cubatas al Bar Central nació la economía sumergida que se denominó garrafón.
Pero claro, en este mundo no sólo había un sitio donde ganar cubatas. Había otras Zonas de Marcha. Ahí es cuando nació el problema de ir a un sitio a otro a ponerse pedo y ganar más cubatas. Fuga de cubatas volando por las zonas de marcha; incluso hubo algunos lugares donde se practicaba una microeconomía llamabada botellón.
Y es por ello, que las Zonas de Marcha se agruparon en la CEP: Comunidad Económica del Pedo. Creo que esto fue el comienzo del fin de la sociedad antes descrita. El Banco Central del Pedo comenzó a emitir cubatas que se repartían entre todos los bares; mientras los del botellón se reían de todos y los del garrafón producían mayor número de cuabatas.
Entonces ocurrió lo impensable; el cubata se extinguió, primero porque se habían creado cubatas de la nada, que no reflejaban el valor de nada, ni siquiera de la sociedad, los bares dejaron de contratar camareros que a su vez tampoco consumían cubatas y se formó una dinámica de Pescadilla que se muerde la cola, también llamada crisis. Cabe decir, si has seguido leyendo hasta aquí, que la gente debía cubatas a todos los bares posibles.
Y aquí es donde nos encontramos ahora, sin manera de conseguir cubatas, con cosas, que hay que mantener con más cubatas, que nos costaron cubatas futuros, deudas de cubatas por doquier, etc. etc.
¿La solución? Algunos dicen que emitir más cubatas hasta el infinito, otros que luchar contra el garrafón y los botellones, otros que salir de la Comunidad Económica del Pedo. Sin embargo, yo iría más lejos: Yo trataría de regresar al origen y dejar de desear los cubatas del vecino y por ende, millones y millones de cubatas.
Nota del Autor: No estoy pedo.
Mientras escribo esto estoy escuchando: Lily Allen - The Fear.
Y entonces vuelves a leer lo que escribiste hace 4 años y piensas lo mal que estabas o, seamos positivos, lo bien que estás ahora. Las cosas que pensabas ya no son tan claras u olvidas la radicalidad. Y sobre todo, te ríes con las metas que tenías en la vida cuando tenías 25 años: Ir a Londres - Hecho, Conducir a más de 250 kms/h - Hecho, Tener una relación sexual con una japonesa - He estado cerca pero no; para hacer eso necesito algún tipo de conexión que considero imposible con una mentalidad nipona.
¿Cómo es posible que esas fueran mis metas, había perdido el Norte? Seguramente sí; pero las he hecho o he puesto todos mis esfuerzos en ello, incluso me he hecho el viaje a Japón, cosa que llevaba soñando desde tiempo inmemorable. Esto me hace pensar lo que siempre le digo a todos los que me dicen que quieren algo y no pueden: Si quieres, puedes.
Es que, querido lector, puedes. Lo importante del camino no es llegar, lo importante es el viaje. El resultado puede ser o no satisfactorio, pero lo reconfortante son los pasos que das hasta llegar ahí. Tienes que disfrutar el viaje y olvidarte del destino.
Hablando de mi, he borrado todo rastro de ese espacio y debo pensar cuáles con mis nuevas metas en la vida. Tengo que tener cuidado a la hora de soñar, seguramente conseguiré aquello que desee. Y si no lo consigo, disfrutaré del viaje.
Mientras escribo esto estoy escuchando: Blondie - One way or another.